martes, 28 de enero de 2014

Mini-alegato 10: Rallyman

Cesta de patos presentó:



Adrenalina. Pisar el acelerador y sentir en la espalda el empuje de una bestia dispuesta a comerse carreteras sin freno, a resbalar sobre la nieve para no perder la trazada o buscar en el barro la forma de ganar unas centésimas. No, claro, aquí el riesgo no es tal. Pero la emoción de imaginar que vamos en ese pequeño coche que atraviesa tableros serpenteando por el asfalto y saltando vados que la sensación, esas mariposas en el estómago de no saber qué viene tras la próxima curva, ya compensan una tarde -o noche o madrugada- de competición sobre la mesa.

Rallyman es eso: puro goce, aunque tal vez no para todo el mundo. Creado por un francés 'loco' por los rallys, quien más disfrute con esta modalidad será el que más enganchado se quede con este juego en el que poco o nada queda excluido de este mundo. No prima llegar antes que nadie sino hacer menos tiempo. Una lucha no tanto contra el rival como contra el crono en la que la elección de neumáticos, la interacción con el terreno y el cálculo de los riesgos obligan a pensar -y mucho- los pasos a seguir. El primero, eso sí, es mucho más sencillo: disponer el tablero, ¡y a correr!

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